Encabezado

SITUACIÓN ESTRATÉGICA EN EL PACÍFICO OCCIDENTAL Y EN EL ÍNDICO

MAR DE CHINA ORIENTAL

Otro foco de conflicto en los mares de China es la disputa de soberanía por el Mar de China Oriental entre China y Japón. 1 Se encuentran allí las islas conocidas como Diaoyu en mandarín y Senkaku en japonés, actualmente administradas por Japón pero reclamadas por China y por Taiwán, que las denomina Islas Tiaoyutai. Las aguas jurisdiccionales de estas islas tienen un alto valor por sus recursos pesqueros e hidrocarburíferos. Aunque EE.UU. no tiene una posición oficial sobre los reclamos de soberanía, las islas están incluidas dentro del Tratado de Seguridad de EE.UU.-Japón, lo que significa que la eventual defensa militar de las islas por parte de Japón podría obligar al apoyo de EE.UU..

El origen del conflicto de las Senkaku/Diaoyu se remonta a 1895, cuando Japón las incorporó a su territorio, considerándolas terra nullius. De acuerdo a Japón, aunque la incorporación ocurre luego de la victoria sobre China en la guerra Sino-Japonesa, el Tratado de Shimonoseki (1895) no hace alusión a ellas. Es por ello que no estarían incluidas dentro de los territorios a los que Tokio renunció a través del Tratado de Paz de San Francisco de 1951.


Fuente: Economist 2008. https://www.economist.com/taxonomy/term/111?page=119

Tras la Segunda Guerra Mundial, las islas pasaron a ser administradas por EE.UU., hasta que en 1972 su administración fue devuelta a Japón.

En 1968, la Comisión Económica de Naciones Unidas para Asia y Lejano Oriente elaboró un Reporte donde se señala que los espacios marítimos de las islas albergan una gran riqueza en hidrocarburos. Algunos consideran que este reporte fue clave en el inicio del reclamo de China y Taiwán, que en 1971 realizaron presentaciones ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reclamando su soberanía. China, al igual que Taiwán, alega que esas islas fueron “descubiertas” por navegantes chinos en la época de la dinastía Ming (1368-1644) y que sus pesqueros utilizan esas aguas desde tiempos inmemoriales, formando parte de la defensa marítima de china desde el siglo XVI. Además, sostienen que durante la ocupación japonesa la jurisdicción de las islas correspondió a Formosa, actual Taiwán.

En 1992 China incluyó a las Islas Diaoyu en la Ley de Mar Territorial y Zona Contigua de la República Popular China, y desde 2008 embarcaciones y aviones del gobierno chino realizan incursiones en la zona. También se registran acciones de ciudadanos de China y Japón, que generan incidentes y alientan manifestaciones nacionalistas de ambos lados. En septiembre de 2012, el gobierno japonés compró tres de las islas en disputa a su propietario privado con el propósito de impedir su adquisición por parte de sectores nacionalistas, que hubiera llevado a un agravamiento de la situación. Dicha compra provocó protestas a gran escala en China y derivó en una ola de manifestaciones populares, favorecidas por el creciente sentimiento anti-japonés que se expande en China como consecuencia de los abusos de Japón durante la ocupación.

También en 2012 China publicó el llamado Libro Blanco de las Islas Daioyu, donde fundamenta sus derechos sobre las mismas.2 En ese marco, Pekín intensificó la presencia de buques de su milicia marítima y de la Guardia Costera, alcanzando en 2019 unas mil incursiones aéreas y marítimas al año. A finales de 2013, China declaró unilateralmente una Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) que incluye a las Senkaku/Diaoyu.

El Mar de China Oriental es un escenario particularmente sensible debido a la envergadura de los contendientes y la existencia de un tratado de defensa mutua entre EE.UU. y Japón, vigente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Dentro de los compromisos de la alianza estratégica de 1951, revisada en 2015, EE.UU. mantiene en Japón más de 50.000 militares. Este acuerdo, por el cual Japón sólo cubre una parte de los costos, expira en marzo de 2021 y se encuentra en revisión.

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, Japón cuenta con una cláusula constitucional (artículo 9) que rechaza del uso de la fuerza para resolver disputas internacionales, pero la interpretación sobre su alcance es aún materia de discusión. Se entiende, en términos generales, que el uso de la fuerza está autorizado para la defensa frente a un ataque armado, o cuando un ataque a un aliado amenace la supervivencia de Japón o constituya un peligro claro para los derechos y libertades de los japoneses. Las limitaciones constitucionales no han impedido que las Fuerzas de Autodefensa (FAD) tengan un desarrollo notable, siendo una de las principales potencias militares del Pacífico. Actualmente realiza importantes inversiones en equipamiento, acompañadas de políticas de apoyo a su industria nacional.

Además de la competencia con China, Japón mantiene como importante preocupación de seguridad el desarrollo misilístico y nuclear de Corea del Norte. Por otro lado, mantiene una compleja relación con Corea del Sur. Aunque comparte aliados y valores democráticos, Seúl rechaza todo tipo de actividad combinada con Japón en materia de seguridad debido a los traumáticos hechos que rodearon la ocupación japonesa de Corea en la primera mitad del siglo XX. A pesar de extensas negociaciones, no ha habido acuerdo aún sobre el alcance de una disculpa y un relato histórico por parte de Japón que sean aceptables para Corea del Sur.

FUENTES:

1 Ministry of Foreign Affairs. Japan. The Senkaku Islands. March 2013. https://www.mofa.go.jp/region/asia-paci/senkaku/pdfs/senkaku_en.pdf

2 Diaoyu Dao, an Inherent Territory of China”. English translation published on the State Council Information Office of the People's Republic of China. September 26, 2012. http://www.gov.cn/english/official/2012-09/25/content_2232763.htm