La historia del respeto a los derechos humanos en nuestro país, entendida como una parte del respeto a la persona humana, su libertad, su dignidad, su vida y sus aspiraciones, ha sido una larga historia de traumas y frustraciones, que recorre prácticamente toda nuestra historia republicana y hunde sus raíces en la matriz social y política de la vida colonial. No ha sido casualidad la cíclica aparición de momentos violentos en nuestra vida social y política y no hay mejor camino que tomar conciencia de ese problema para encaminarnos hacia una vida social pacífica, respetuosa, creativa y abierta a las nuevas posibilidades y temas que trae cada generación.
Enseñar derechos humanos implica, en primer lugar, sostener la idea de que el otro existe. Esa frase parece una verdad de Perogrullo pero no lo es, ni lo ha sido en la historia de nuestra civilización. Un mundo que durante milenios utilizó el trabajo esclavo, desconoció la humanidad de mujeres y niños, azoló pueblos enteros considerándolos como animales, no dudo en utilizar las guerras más cruentas para los fines más mezquinos y produjo literatura a raudales sobre la supremacía de unos hombres sobre otros, es un mundo que ha tenido una grave dificultad en reconocer la mera existencia del otro. Un otro que todavía nos resistimos a reconocer en su integridad y que, cuando podemos, hacemos todo lo necesario para esconderlo, volverlo invisible o negarle la satisfacción de sus necesidades humanas.‖ (Extracto de la Introducción)
El Manual “Ciudadanía, Democracia y Derechos Humanos para las Fuerzas Armadas”, producto del trabajo conjunto entre el ILSED y el Ministerio de Defensa, contó con el apoyo de la Embajada de los Países Bajos, y constituye la culminación de los talleres realizados entre los años 2006 y 2008 con miembros de las FF.AA.
Dicho documento recoge el conjunto de experiencia acumuladas durante el dictado de los talleres, cursos y seminarios desarrollados para las FF.AA. por el Ministerio de Defensa y el ILSED en temas de Derechos Humanos entre 2006 y 2008, y plasma la experiencia de los debates que se dieron durante su realización. El libro cuenta con prólogos de la Ministra Garré, como del Embajador Henk Soeters y de Alberto Binder.