El Hospital Naval Puerto Belgrano, Bahía Blanca recibió tres prototipos de cápsulas de traslado para pacientes con coronavirus
El desarrollo de las camillas se dio a partir del financiamiento del programa UNDEFI, en su edición extraordinaria 2020.
La Escuela de Oficiales de la Armada (ESOA) donó al Hospital Naval Puerto Belgrano tres prototipos de camillas de confinamiento con presión negativa para pacientes de COVID-19, cuya finalidad es su protección y la del personal de salud al momento del traslado.
Tanto el diseño como el desarrollo de estos tres modelos de cápsulas se dieron en el marco de un proyecto de la ESOA financiado por el programa UNDEFI que impulsa la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad.
Este proyecto tiene como director al ingeniero Luis Eduardo Maenza, como codirector al ingeniero Christian Galasso, y contó con el apoyo del responsable del Departamento de Investigación de la ESOA, doctor José Rodríguez, y de la magíster Lucía Destro, de la Facultad de la Armada.
La convocatoria extraordinaria UNDEFI 2020 / COVID-19 tuvo por finalidad llamar a la presentación de proyectos de I+D orientados a la generación de conocimiento, acciones y/o productos, cuyos resultados y aplicación posibiliten mejorar la capacidad de respuesta a la Pandemia COVID-19, contener y mitigar los efectos ocasionados por la misma y contribuir con resultados concretos al fortalecimiento del sistema científico tecnológico y la atención de la emergencia sanitaria.
El funcionamiento de las camillas
Se trata de tres modelos de camillas de confinamiento con presión negativa que, una vez ubicado el paciente de COVID-19, permitan confinar el aire que éste exhala para luego pasarlo por un proceso de filtrado superior al N95 y contemplar dispositivos (como lámparas UV-C), para eliminar el contenido viral, mejorando la condición de asepsia del ambiente al que está sometido el personal de salud interviniente.
Cabe destacar que, para el transporte de pacientes afectados por enfermedades transmisibles, donde el peligro se encuentra en el interior y no en el exterior, se utilizan contenedores con la capacidad de generar en su interior una presión levemente inferior a la exterior por medio de la extracción de aire. El aire extraído es purificado antes de ser emitido al ambiente y la depresión en el interior hace que nunca salga por los orificios que tiene el contenedor –ya sea por diseño o accidentalmente–manteniendo, de esta forma, la contaminación dentro del recinto.
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