El 13 de noviembre de 1953 se firmó la resolución ministerial que contemplaba la construcción de un nuevo buque de instrucción. Se seleccionaron para su armado los Astilleros y Fábricas Navales
del Estado, a orillas del Río Santiago. El compromiso era difícil, ya que relevaría a la fragata Sarmiento, considerada por muchos como el velero más bello y popular del mundo. El título de “Embajadora argentina de los siete mares” no le fue dado ni ordenado. Fue la actitud de sus criollos marinos que se lo hicieron merecer, en justa ley, ante un mundo que lo atestiguaba con júbilo.
Casi un año después de efectuar las pruebas de mar, el 19 de junio de 1963, la Fragata zarpó para realizar su primer viaje de instrucción. La fragata Libertad es la justa escuela para completar
la formación de marinos, pañol de muchas tradiciones y mitos. Es la arena de los desafíos entre el hombre de mar y la naturaleza.