
La presentación del libro Equidad de género y defensa: una política en marcha, en su cuarta edición, se configura como un claro ejemplo de que la integración de una perspectiva de género en el ámbito de la Defensa ha sido una política sostenida en el marco del proceso de fortalecimiento institucional democrático de las Fuerzas Armadas.
Al momento de desarrollar políticas de género, debemos considerar en todo momento que las mismas son parte de un nuevo paradigma basado en la equidad y la igualdad que impactan directamente —y de manera diferenciada— en la organización y la vida familiar, en el mundo del trabajo y el desarrollo profesional de las personas, sean éstas varones o mujeres.
En el ámbito institucional, tal como se ha mencionado en otras oportunidades, el desafío fundamental pasa por lograr la obtención de una mayor equidad en términos de género que se traduzca en prácticas transformadoras, como un ejercicio constante de mejora en la calidad de la ciudadanía y no sólo una enunciación normativa. La tarea realizada hasta aquí ha sido acompañada por un proceso de progresiva institucionalización, que partió con la puesta en funcionamiento del primer Observatorio sobre Integración de la Mujer. Luego se sumó el Consejo de Políticas de Género, que es la instancia articuladora y de reflexión que permitió cualificar año a año el objetivo propuesto y la evaluación de sus resultados. Desde
2009 fue profundizado con la puesta en funcionamiento de las Oficinas de Género en el ámbito de cada una de las Fuerzas Armadas, y la creación de una Dirección de Políticas de Género dependiente de la Dirección Nacional de Derechos Humanos del Ministerio. Estas instancias han fortalecido las instancias preexistentes y son el resultado del trabajo de diagnóstico y de análisis que las precedió (Extracto del prólogo)