
La tercera publicación, dedicada a la temática de Género y Defensa en el ámbito del Ministerio de Defensa, Equidad de Género y Defensa: Una política en marcha III, tiene como objetivo principal rendir cuentas públicamente acerca de las políticas de género que están en marcha dentro del ministerio demostrando cómo ellas son una herramienta del proceso de modernización institucional del sector de la Defensa que, como cualquier otra organización de la vida institucional democrática, debe asumir como prioridad la búsqueda de una mayor equidad e igualdad de trato en el ámbito de las relaciones y prácticas que se presentan tanto hacia el interior de las Fuerzas Armadas como en los demás sectores de la Defensa Nacional. El dinamismo que tales políticas exigen ha sido posible porque hemos trabajado con diversidad de herramientas y desde distintas instancias.
El Consejo de Políticas de Género para el ámbito de la Defensa ha ocupado en este proceso un lugar central. Su funcionamiento sostenido desde el año 2007 lo ha consagrado como un espacio de reflexión para la acción y la transformación, asegurando condiciones indispensables en el proceso de gestión y desarrollo de políticas públicas democráticas.
La creación de oficinas de género en el Ejército y la Armada – siguiendo los pasos de lo hecho por la Fuerza Aérea– cuyas representantes en el Consejo han tenido también en la oficina de dicha Fuerza un rol central y, por el otro, la tramitación actual de resoluciones para regular las condiciones de reincorporación de
las mujeres luego del embarazo y nacimiento de sus hijos, así también como la evaluación de medidas para consagrar un trato igualitario para hombres y mujeres que cursan en las escuelas militares en el acceso a la cobertura de salud de sus hijos.
El Consejo también ha desarrollado una nutrida actividad de discusión sobre algunos de los ejes del debate actual –con alcance internacional– respecto de la integración de las mujeres a las Fuerzas Armadas.
Entre otros temas se trabajó sobre las políticas de entrenamiento físico, las diferencias entre hombres y mujeres y los impactos en la instrucción militar. Para ello fue determinante la disponibilidad de las jefaturas de personal de cada una de las Fuerzas y la predisposición de instructores militares que en diversas ocasiones acompañaron las reuniones del Consejo en el marco de un diálogo abierto y profundo sobre los más diversos aspectos de la vida militar. (Extracto del prólogo)