Autor: Mg. Adolfo Rossi, Director de la Maestría en Defensa Nacional y la Especialización en Producción de Información Estratégica (FADENA/UNDEF)
Las fronteras, el despliegue militar y el control estratégico del territorio son ejes fundamentales para garantizar la integridad y el desarrollo del país. Pero, ¿quiénes están llamados a pensar, gestionar y sostener estas políticas de defensa más allá del ámbito estrictamente militar? La formación en defensa nacional se vuelve clave para articular saberes técnicos, políticos y estratégicos que permitan fortalecer la capacidad estatal en este campo a mutación del orden unipolar hacia un mundo de tensiones múltiples redefine los intereses geoestratégicos globales. El Atlántico Sur, hasta hace poco periférico, se convierte en un espacio clave para pensar la soberanía, los recursos y la proyección del poder.
Durante décadas, la formación de recursos humanos en defensa estuvo reservada a las Fuerzas Armadas o a iniciativas puntuales dentro del sistema universitario nacional. Esta fragmentación generó un vacío importante con consecuencias visibles: el Estado carece de perfiles profesionales con formación sistemática en los aspectos políticos, técnicos y estratégicos de la defensa nacional. A diferencia de otras áreas clave de la gestión pública como la salud, la economía o la educación, la defensa no contaba con una política sostenida de profesionalización civil. En 2024, el Estado Nacional adoptó una decisión con implicancias estructurales: avanzar en la formación de un nuevo perfil de profesionales civiles especializados en defensa nacional.
A través de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), se puso en marcha una oferta de carreras de grado orientada a cubrir un vacío en la producción de capacidades técnicas y estratégicas en este campo. Estas carreras responden a los desafíos contemporáneos de la defensa y la gestión estatal y abren el acceso a la educación en defensa a toda la sociedad.
La inclusión de la defensa nacional en la agenda de la educación superior supone una reconfiguración del modo en que el Estado argentino concibe su política de defensa. Hasta hace pocos años, la defensa se entendía exclusivamente como un asunto técnico-militar, ajeno al debate público y a la academia. La iniciativa de la UNDEF, impulsada desde el Ministerio de Defensa, busca revertir esa lógica y estimular el surgimiento de una comunidad académica que investigue, enseñe y dispute sentidos en torno a este campo históricamente relegado. La profesionalización de cuadros civiles especializados se configura como una condición necesaria para sostener políticas de defensa democráticas, integrales y estratégicas.
En este marco, la universidad, como actor público, asume el desafío de formar a estos nuevos profesionales. La creación de las licenciaturas en Defensa Nacional, Ciberdefensa y Gestión Pública no responde solo a una lógica académica, sino a una política estatal orientada a consolidar una visión de defensa con participación civil y vocación de intervención. El diseño curricular de estas carreras fue concebido para reforzar el entramado técnico y político que sustenta las decisiones estratégicas del país.
Según explica el rector de la UNDEF, Dr. Julio César Spota, la idea de crear las nuevas licenciaturas surgió desde el inicio de la nueva gestión como una “idea duradera” para fortalecer la administración pública con expertos en la materia. “Cuando hablé con el ministro Luis Petri al comienzo de la gestión, me dijo que quería ideas duraderas. Pensemos que dentro de cinco años tendremos nuestra primera camada de licenciados en Defensa, algo innovador a nivel hemisférico”, expresó Spota.
La Dra. Olga Cavalli, decana de la Facultad de Defensa Nacional (FADENA), destacó que la renovada oferta académica amplía la misión de la Facultad hacia la formación de grado, un hito relevante dado que, hasta ahora, la unidad académica se enfocaba exclusivamente en posgrados. “Nuestro objetivo es que la defensa nacional deje de ser un asunto ajeno para la sociedad civil; con estas carreras, cualquier persona interesada podrá formarse y aportar desde su lugar”, explica Cavalli.
En la misma línea, la Lic. Daniela Bultynch, Secretaria Académica de la FADENA, destaca las propuestas virtuales de las carreras Ciberdefensa y Gestión Pública como una apuesta pedagógica e institucional en el sistema universitario público argentino: “al articular una perspectiva situada sobre los desafíos del Estado con un enfoque digital inclusivo y de calidad, estas propuestas reafirman el potencial transformador de la universidad pública frente a los retos contemporáneos de la educación superior” indicó Bultynch.
Además de los contenidos específicos de cada carrera, el modelo formativo de la UNDEF incluye dispositivos diseñados para ampliar el acceso y acompañar las trayectorias reales de los estudiantes. Las licenciaturas tienen una duración de cuatro años, con títulos intermedios que reconocen etapas parciales del recorrido académico. En el caso de las licenciaturas en Ciberdefensa y Gestión Pública, la modalidad a distancia permite la inclusión de estudiantes de distintas provincias y con experiencias laborales en curso, lo que facilita el acceso a sectores habitualmente marginados de la formación universitaria.
La propuesta de la UNDEF se distingue por ser única en la región y en el hemisferio occidental, con un enfoque universitario orientado al análisis y la gestión de la
política pública en defensa. Además, se destaca por su énfasis en la profesionalización de cuadros civiles con formación específica en esta área, lo que la posiciona como un modelo innovador en el ámbito académico y estratégico; la acreditación de estas carreras marca el comienzo de una nueva generación de expertos civiles en defensa que comprendan de primera mano el funcionamiento del ámbito militar y la realidad de la política de defensa nacional.
La defensa como campo universitario emergente
El relevamiento institucional sobre las cohortes iniciales muestra tres aspectos relevantes: en primer lugar, la mayoría de los estudiantes tiene trayectorias académicas
previas, completas o inconclusas, lo que refuerza la idea de una universidad como espacio de formación continua. En segundo lugar, la matrícula presenta una distribución federal, con presencia en todas las provincias del país, lo que indica que la UNDEF está ocupando un espacio vacante en el mapa de la educación superior, orientado a sectores históricamente desatendidos.
Hasta ahora, la formación universitaria en temas de defensa destinada a un público civil estaba reservada a carreras de posgrado, cursos de actualización o seminarios
especializados. Estas nuevas licenciaturas, por su parte, no requieren experiencia previa ni están dirigidas a públicos ya integrados en el sector. En palabras del Dr. Gonzalo Salimena, director de la Licenciatura en Defensa Nacional, el objetivo de las nuevas carreras de la FADENA es construir, desde la base, una comunidad de saberes capaz de intervenir en la formulación, implementación y evaluación de políticas públicas en defensa nacional. Esto implica, además, abrir el debate acerca de los modos de entender y pensar la defensa desde una perspectiva crítica, plural y situada.
Una demanda latente: más de mil inscripciones en la primera convocatoria
En diálogo con la Mg. Verónica Mulle, Secretaria Académica de la Universidad de la Defensa Nacional, destacó que la apertura de inscripciones a las nuevas licenciaturas impulsadas por la UNDEF reveló una demanda formativa que hasta ahora no encontraba respuesta dentro del sistema universitario argentino. Las carreras registraron en su primera convocatoria casi 2000 solicitudes de ingreso, provenientes de las 24 jurisdicciones del país.
Según Mulle, estos primeros datos permiten trazar al menos tres conclusiones relevantes. En primer lugar, confirman el interés sostenido de diversos sectores sociales por acceder a una formación universitaria vinculada a la defensa desde una perspectiva civil y estratégica. Lejos de ser un tema marginal o restringido al ámbito militar, la defensa nacional aparece como un campo de estudio con capacidad de interpelar a públicos diversos, con trayectorias laborales y académicas heterogéneas y localizados geográficamente en distintos lugares del país.
En segundo lugar, la Secretaria Académica subraya que la decisión estatal de crear estas carreras respondió a una necesidad concreta. La incorporación de nuevos perfiles civiles con formación sistemática en este campo “amplía el horizonte de intervención de la política de defensa en un contexto internacional cada vez más complejo”.
Por último, Mulle destaca que las decisiones institucionales en torno a las propuestas formativas reflejan la vocación y el compromiso educativo de la Universidad. La modalidad virtual, diseñada para acompañar las las trayectorias de estudiantes que trabajan o viven lejos de los centros urbanos, permite ampliar el alcance social y geográfico de la universidad pública, incorporando voces y experiencias que hasta ahora tuvieron poca participación en el debate sobre la defensa.
El ingreso de nuevos actores civiles al campo de la defensa no solo amplía las capacidades del Estado, sino que también reconfigura las relaciones entre el conocimiento académico, la conducción política y el planeamiento estratégico. La universidad, en este sentido, se presenta como mediadora entre el conocimiento y la toma de decisiones, con el objetivo de formar profesionales civiles que puedan operar en un ámbito históricamente dominado por la lógica de las armas. A pesar de las diferencias entre las tres carreras, todas comparten un mismo principio: intervenir desde el campo académico en la construcción de capacidades para el Estado.
La licenciatura en Gestión Pública, dirigida por el Mg. Juan Rial, apuesta a la capacitación de “una burocracia altamente profesionalizada en la gestión pública de la
defensa”, así como a la formación de analistas, académicos y referentes de organizaciones vinculadas al área. La licenciatura en Ciberdefensa se enfoca en un espacio emergente, donde las disputas estratégicas van más allá del plano técnico y exigen marcos regulatorios, jurídicos y políticos. La licenciatura en Defensa Nacional, por último, ofrece una formación integral sobre el concepto mismo de defensa, su historia institucional, su relación con la sociedad y su proyección en el sistema político.
Para el Mg. Rodrigo Cárdenas Holik, director de la Licenciatura en Ciberdefensa, esta carrera “busca armonizar una serie de conocimientos a prima facie disímiles pero que encuentran puntos de contacto cuando el menester es la protección del ciberespacio para el cumplimiento de las misiones del Instrumento Militar.
Este cúmulo de nociones permitirá tener una visión cosmogónica para adecuar las mejores acciones tendientes a garantizar el funcionamiento del Sistema de Defensa Nacional”.
Estos nuevos profesionales serán clave para fortalecer las capacidades estratégicas de la Nación: influirán, desde diversos ámbitos, en las políticas públicas vinculadas a la defensa y contribuirán a articular el conocimiento técnico, la doctrina institucional y la decisión política, aun en un campo donde estas dimensiones no siempre coinciden. La creación de estas carreras marca, así, un cambio significativo: Argentina ha comenzado a formar, desde el sistema universitario, a quienes deberán pensar, gestionar y sostener la defensa nacional en las próximas décadas.
Sinergia: un fortalecimiento mutuo para la defensa nacional
La profesionalización de civiles en defensa no solo responde a una necesidad estatal, sino que también representa una oportunidad estratégica para las Fuerzas Armadas.
Lejos de ser un espacio de competencia, esta iniciativa construye una alianza virtuosa donde los saberes técnicos, políticos y académicos de los nuevos licenciados se articulan con la experiencia profesional militar, enriqueciendo la toma de decisiones y la planificación estratégica.
En este nuevo escenario, los profesionales formados en la UNDEF aportarán capacidades complementarias: análisis de políticas públicas, gestión de ciberamenazas o administración de recursos con visión sectorial. Esto potenciará la misión institucional del Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas, permitiendo a cada actor concentrarse en sus roles específicos mientras realizan contribuciones en áreas donde su formación es crítica (como marco jurídico, cooperación internacional o innovación tecnológica). La formación conjunta en aulas y actividades prácticas —otro pilar del modelo UNDEF— fomenta un lenguaje común y una comprensión mutua entre ambos perfiles, esenciales para políticas de defensa coherentes y sostenibles. Así, la incorporación de estos profesionales no solo amplía las capacidades del Estado, sino que fortalece el sistema de defensa en su conjunto, dotándolo de una mirada multidimensional frente a desafíos complejos como la transversalidad del ciberespacio
y el carácter multipropósito del espectro electromagnético, la logística estratégica o la articulación interinstitucional.