La FIE avanza en el desarrollo de carbón activado a partir de orujo de aceituna

En el 1° Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa Nacional 2024, un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería del Ejército (UNDEF), en colaboración con expertos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Catamarca, presentó un innovador proyecto enfocado en la sostenibilidad energética mediante la producción de carbón activado a partir de orujo de aceituna, un residuo agroindustrial de alto potencial.

El equipo, integrado por Aylen Gonzalez Trejo, Silvina Fuentes, Nadia Luna, Horacio Maffei, Francisco Filippin, Narciso Diaz y Héctor Fasoli, trabaja en el aprovechamiento de recursos que habitualmente se descartan para desarrollar materiales avanzados que optimicen el almacenamiento y la producción de energía. La investigación pone en relieve la importancia de la sostenibilidad en el ámbito de la defensa, un objetivo estratégico para la Universidad de la Defensa Nacional, la cual se compromete a formar profesionales conscientes de los desafíos ambientales y energéticos.

El carbón activado es un material poroso obtenido a partir de fuentes ricas en carbono, como madera, cáscaras de coco o residuos agroindustriales, mediante un proceso de activación que lo expone a altas temperaturas en condiciones controladas. Esta técnica genera una compleja red de microporos en su superficie, que le confiere una alta capacidad de absorción, permitiéndole captar y retener una amplia variedad de sustancias. Gracias a estas propiedades, el carbón activado es utilizado en aplicaciones que van desde la purificación de agua y aire hasta dispositivos electroquímicos para el almacenamiento de energía.

El proceso de producción del carbón activado en este proyecto implica la pirólisis del hueso de aceituna, un subproducto obtenido de la Planta Piloto de la Universidad Nacional de Catamarca y de la Cooperativa Los Doce Olivos, ubicada en El Pantanillo, Catamarca. Al someter este material a altas temperaturas bajo condiciones controladas, se obtiene un carbón activado que puede ser empleado en dispositivos de almacenamiento energético, lo cual es fundamental en un contexto donde las energías renovables están en constante expansión.

La investigación ha demostrado que los carbones activados derivados del orujo de aceituna pueden ser tan eficientes como sus contrapartes tradicionales, pero con la ventaja de ser más económicos y ambientalmente sostenibles. Este enfoque no solo reduce los costos de producción, sino que también proporciona una solución innovadora a los problemas de gestión de residuos, transformando un subproducto agrícola en un recurso valioso y funcional.

Los estudios electroquímicos realizados permitieron evaluar el rendimiento de estos materiales bajo diversas condiciones, información clave para optimizar su aplicación en dispositivos de almacenamiento energético. La capacidad de estos carbones activados para almacenar y liberar energía de manera eficiente abre nuevas posibilidades para el desarrollo de tecnologías energéticas sostenibles.

Este proyecto, desarrollado por la Facultad de Ingeniería del Ejército, refleja el compromiso de la Universidad de la Defensa Nacional con la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental, al tiempo que destaca la importancia de integrar ciencia y tecnología en el ámbito de la defensa. A medida que se avanza hacia un futuro donde la sostenibilidad es un pilar fundamental, iniciativas como esta resultan esenciales para formar profesionales capaces de enfrentar los retos energéticos y ambientales que se presentan tanto en el sector de la defensa como en otros ámbitos estratégicos.

La Facultad de la Armada impulsa un innovador sistema de monitoreo para la seguridad náutica

La Facultad de la Armada, perteneciente a la Universidad de la Defensa Argentina, presentó el desarrollo de un innovador sistema de monitoreo remoto diseñado para optimizar la seguridad en embarcaciones. Este avance tecnológico, desarrollado en la Escuela de Oficiales de la Armada (ESOA) tiene como objetivo la supervisión continua de variables críticas tales como presión, temperatura y niveles de fluidos. Al frente de este proyecto están el Ing. Fernando Borja, el Dr. José Luis Rodríguez, el Ing. Juan Oga, el TN Nicolás Gambetta y el CF (RE) Claudio López.

Las embarcaciones modernas requieren un monitoreo constante para detectar anomalías de forma temprana, lo que minimiza los riesgos y mejora la eficiencia operativa. Tradicionalmente, los sistemas de monitoreo estaban limitados a configuraciones fijas, pero la evolución de tecnologías -como Internet de las Cosas (IoT)- permite la creación de soluciones flexibles y escalables.

Gracias al programa UNDEFI 2023 -creado por la UNDEF con el fin de potenciar y financiar las capacidades de investigación en sus distintas Facultades-, se creó un prototipo de sistema. Las primeras fases de desarrollo culminaron y se están realizando pruebas con microcontroladores ESP32 y la programación en Python, asegurando que el sistema sea efectivo y accesible. Los resultados preliminares son alentadores y se espera que este avance contribuya a una mejora significativa en la seguridad náutica y en la reducción de costos operativos.

Tras completar las etapas de implementación del nodo de sensores, utilizando un microcontrolador ESP32, y establecer satisfactoriamente el protocolo de comunicaciones, actualmente se están desarrollando las funciones del nodo principal en lenguaje Python. Este último se implementará en una computadora tipo PC, que también albergará el servidor de Internet de las Cosas.

El modelo de sistema ofrece múltiples ventajas operativas y económicas, siendo un proyecto con potencial para transformar la seguridad náutica y mejorar significativamente la operatividad de las embarcaciones. Su adaptabilidad permite que cada embarcación incorpore los sensores específicos necesarios, sin inversiones significativas desde el inicio. Además, cada nodo cuenta con la capacidad de generar alarmas locales, mejorando la respuesta ante emergencias.

El Profesor Akiyama diserta en la UNDEF sobre defensa y desarme nuclear en Asia Oriental, con la presencia del Embajador de Japón

El rector de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), Dr. Julio César Spota, recibió al Embajador de Japón, Sr. Hiroshi Yamauchi, al Ministro Consejero DCM, Sr. Shimada Kenji, y al distinguido profesor de la Universidad de Hitotsubashi, Dr. Akiyama Nobumasa, en una reunión celebrada en la sede central de la universidad, en Maipú 262. El encuentro tuvo como objetivo fortalecer los lazos académicos y compartir perspectivas sobre los desafíos en materia de defensa en la región de Asia Oriental.

 

 

Como parte de la visita, el Dr. Akiyama dictó una clase magistral en el Salón San Martín del rectorado de la UNDEF. En su exposición, abordó el contexto de defensa en Asia Oriental y la problemática de la proliferación de armamento nuclear en la región. Con una visión integral, explicó cómo las tensiones estratégicas y la carrera armamentista impactan la estabilidad regional, así como los esfuerzos de Japón por promover el control de armas nucleares y el desarme.

 

 

El Dr. Akiyama, profesor de la Escuela de Derecho de la Facultad de Política Internacional de la Universidad de Hitotsubashi, es reconocido internacionalmente por su labor en la Comisión de Examen de Seguridad Pública del Gobierno de Japón y como miembro del Grupo Internacional de Personalidades Eminentes para un Mundo sin Armas Nucleares. Su intervención en la UNDEF aportó una mirada valiosa y experta sobre los complejos desafíos que enfrenta el este asiático en términos de seguridad nuclear.

La clase destacó la importancia de reducir el riesgo nuclear en un entorno estratégico cada vez más volátil, subrayando los esfuerzos diplomáticos de Japón en la búsqueda de un futuro sin armas nucleares. La presencia de destacados representantes diplomáticos y académicos de Japón refuerza la misión de la UNDEF de generar espacios de intercambio internacional, abordando temas de relevancia global para la defensa.

 

 

Este tipo de iniciativas contribuyen al fortalecimiento de los vínculos entre la Argentina y Japón, promoviendo la cooperación académica y el análisis conjunto de problemáticas que impactan en la seguridad mundial.

 

Innovación Naval: Desarrollo de un prototipo de consola de operaciones vertical para la flota de mar

Durante el Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa (CTID 2024), investigadores de la Facultad de la Armada (FadARA), perteneciente a la Universidad de la Defensa Nacional, han presentado distintos proyectos que parten de problemáticas actuales. Entre ellos, destaca la presentación de la Escuela de Oficiales de la Armada (ESOA) que busca desarrollar un prototipo de consola de operaciones vertical para los barcos del Comando de la Flota de Mar de la Armada Argentina, muchos de los cuales aún utilizan sistemas electrónicos de la década de 1970.

El equipo que lleva a cabo este proyecto está integrado por Christian L. Galasso, Adrián H. Laiuppa, Joel Ermantraut, Gustavo D. García, Pablo Delamau, Diego M. Martínez y Martín E. Paz. Ellos trabajan desde la Base Naval Puerto Belgrano, ubicada en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, donde se encuentran los buques de la Armada Argentina y la plataforma de I+D.

A medida que la tecnología avanza, se vuelve esencial actualizar estos sistemas para mejorar la navegación y la vigilancia marítima. Sin embargo, el reemplazo total de los sistemas existentes ha demostrado ser prohibitivamente costoso. Las empresas proveedoras han estimado que los gastos se disparan aún más cuando se considera la transferencia de tecnología, un aspecto crucial para que los Arsenales Navales puedan ofrecer soporte de mantenimiento y actualizaciones.

Ante esta situación, se ha propuesto un camino alternativo que permite una actualización más gradual y manejable en términos de costos. Este enfoque se basa en el desarrollo de consolas de operaciones navales que incorporen una arquitectura de computadora moderna, garantizando al mismo tiempo la compatibilidad con los sensores y subsistemas existentes en las unidades navales.

La iniciativa no solo busca optimizar los recursos económicos, sino que también se apoya en el capital humano y material disponible dentro de la Armada Argentina. Con la colaboración de expertos en tecnología y en operaciones navales, se espera que estas nuevas consolas ofrezcan funcionalidades avanzadas sin la necesidad de desechar equipos aún útiles. Minimizando así el impacto financiero y optimizando recursos disponibles.

El equipo de investigación desarrolló un sistema (hardware y software) que reemplaza la consola original y se comunica de manera bidireccional con el sistema distribuido a bordo. Gracias a la implementación de un gateway, se logró flexibilizar las restricciones temporales del sistema, permitiendo que una aplicación corriendo sobre un sistema operativo no basado en tiempo real pudiera sincronizarse adecuadamente.

Este enfoque no solo cumplió con los requisitos operativos, sino que también ofrece una base sólida para futuras mejoras y adaptaciones en otros sistemas navales o militares. La combinación de tecnologías modernas y una arquitectura flexible ha permitido crear una herramienta robusta y eficiente, capaz de afrontar las exigencias de entornos operativos complejos como el naval.

Durante las pruebas, se comprobó que la nueva aplicación solucionaba problemas de rendimiento y acumulación de mensajes que afectaban al sistema anterior. Sin embargo, a medida que la demanda gráfica aumentó, surgieron problemas en la comunicación entre las computadoras, debido a la naturaleza de un solo hilo de las aplicaciones desarrolladas en el framework Electron JS. Esto ha llevado a la necesidad de separar la comunicación entre computadoras del procesamiento gráfico, con el fin de aprovechar mejor el paralelismo.

Este trabajo se realizó con el apoyo del Programa PIDDEF del Ministerio de Defensa y del Programa UNDEFI de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF). Se contó con la colaboración del grupo SiTIC de la UTN-FRBB.

En resumen, este enfoque de modernización gradual ha permitido desarrollar prototipos que pueden ser transferidos a otros sistemas, sin que los costos y tiempos de implementación sean prohibitivos. Esta estrategia asegura una evolución constante y manejable del sistema.

El contexto del CTID 2024

El Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa, se llevó a cabo los días 2 y 3 de octubre en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Durante el mismo, investigadores de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) presentaron diversas propuestas que resaltan la innovación aplicada a la defensa nacional.

Organizado por el Ministerio de Defensa, junto a la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, el congreso tuvo como objetivo generar un espacio de intercambio para difundir avances en ciencia y tecnología que no solo benefician la defensa, sino que también tienen aplicaciones duales en áreas como la inteligencia artificial, la simulación para entrenamiento y la transición energética. Con este evento se busca fortalecer la colaboración entre organismos científicos y tecnológicos, universidades y centros de estudio, promoviendo así una sinergia esencial para el futuro de la defensa nacional.

Incorporación de software libre y cooperación bibliotecaria: Implementación de Koha en el Sistema de Bibliotecas UNDEF

Lic. O. Silvia Saura[1]

 

 

Introducción

En el contexto actual de modernización de las bibliotecas universitarias, la adopción de sistemas de gestión es fundamental, ya que no solo potencian las operaciones internas, sino que también mejoran la accesibilidad y la calidad del servicio para los usuarios.

La automatización permite definir y planificar los procesos y actividades en las bibliotecas, convirtiéndose en la base fundamental para el desarrollo de software especializado orientado a los servicios. Esto facilita la normalización y materialización de los procesos en un entorno informático. Las unidades de información, como centros clave del conocimiento, deben proporcionar a su comunidad de usuarios los recursos y servicios de la más alta calidad. Para lograr esto, es esencial utilizar herramientas tecnológicas avanzadas. Aunque el alto costo y los compromisos económicos asociados con la adquisición de software de automatización pueden ser una barrera, el software libre emerge como una alternativa eficaz y accesible. Cada vez más, el software libre se destaca por su calidad, funcionalidad y reconocimiento, brindando un valioso aporte al ámbito bibliotecario.

El Sistema de Bibliotecas UNDEF, comprometido con la mejora continua de sus servicios, decidió implementar Koha, un sistema integrado de gestión bibliotecaria de código abierto.

 

Contexto institucional

 La Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), fue creada en 2014 con el objetivo de proporcionar una formación académica especializada en el ámbito de la defensa nacional. Esta institución surgió para satisfacer la necesidad de una capacitación integral y especializada para los profesionales dedicados a la defensa del país. La UNDEF se enfoca en la formación de líderes y expertos en estrategia y gestión de la defensa nacional, integrando conocimientos teóricos y prácticos para abordar los desafíos contemporáneos en este campo.

A través de su oferta académica, que incluye programas de grado y posgrado, la universidad contribuye significativamente a la investigación y al análisis crítico de las políticas y estrategias de defensa, apoyando el fortalecimiento de las capacidades nacionales en el ámbito de la defensa.

Su papel en la modernización y profesionalización de las Fuerzas Armadas es un testimonio de su impacto en el fortalecimiento del sistema de defensa nacional en Argentina.

 

Ámbito bibliotecario institucional

 Las bibliotecas de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) desempeñan un rol fundamental en la promoción del aprendizaje, la innovación y la investigación dentro de la institución. Estas bibliotecas están diseñadas para ofrecer un entorno académico que facilite el acceso a una vasta colección de recursos especializados y actualizados en el ámbito de la defensa nacional. Su infraestructura tecnológica y sus bases de datos especializadas proporcionan a estudiantes e investigadores herramientas fundamentales para el desarrollo de sus investigaciones y proyectos innovadores. Además, las bibliotecas implementan programas formativos y talleres orientados a maximizar el uso de estas herramientas y recursos, fomentando las competencias necesarias para la gestión de la información y la investigación.

Asimismo, cumplen un papel esencial en la formación académica, el desarrollo de investigaciones y la promoción de la innovación dentro del ámbito de la defensa nacional. A través de su estructura y organización, estas bibliotecas están diseñadas para ofrecer acceso a un vasto acervo de recursos especializados que abarcan temáticas estratégicas clave, como geopolítica, historia militar, gestión de crisis, estrategia y tecnología de defensa, entre otros. Estos recursos incluyen no solo libros y publicaciones académicas, sino también bases de datos digitales, revistas especializadas, informes de investigación, tesis doctorales y documentos técnicos relevantes, que permiten a los estudiantes y académicos acceder a información precisa y actualizada.

La infraestructura tecnológica de las bibliotecas de la UNDEF se encuentra al servicio de los usuarios, facilitando la consulta de fuentes mediante catálogos en línea, repositorios institucionales y sistemas de gestión bibliotecaria como Koha, que optimizan la administración y el acceso a los materiales. Este sistema, que integra tanto recursos físicos como digitales, permite una búsqueda más eficiente y efectiva, promoviendo la accesibilidad y el intercambio de información. Además, las bibliotecas cuentan con equipos y espacios para el trabajo colaborativo, que fomentan el desarrollo de investigaciones conjuntas y el diálogo académico.

Uno de los aspectos más destacados de estas bibliotecas es su enfoque en la formación de usuarios. A través de programas formativos, talleres y asesorías personalizadas, los bibliotecarios capacitan a estudiantes, docentes e investigadores en el uso avanzado de las herramientas y recursos disponibles. Estos programas buscan fortalecer habilidades críticas, como la gestión de información, la búsqueda eficiente en bases de datos especializadas y la correcta citación de fuentes académicas. De este modo, las bibliotecas no solo se limitan a ser depositarias de conocimiento, sino que actúan como centros de desarrollo de competencias investigativas avanzadas.

Estas están comprometidas con el desarrollo y la preservación del conocimiento en el ámbito de la defensa. Por ello, no solo brindan acceso a recursos actuales, sino que también se encargan de conservar documentos históricos y patrimoniales que reflejan la evolución de la defensa nacional en Argentina. Estas colecciones especiales resultan fundamentales para el estudio de la historia militar y el análisis estratégico en contextos contemporáneos.

El sistema de bibliotecas UNDEF está conformado por las unidades de información de las sedes educativas universitarias que conforman la Universidad, y amplío su oferta a aquellas bibliotecas de las Fuerzas Armadas que voluntariamente deseen adherirse para contribuir al desarrollo de la investigación, la formación, la transferencia del conocimiento y la divulgación cultural, contribuyendo así al desarrollo académico y revalorizando la Defensa como una dimensión sustantiva de la estrategia de desarrollo nacional.

En conjunto, las bibliotecas de la UNDEF se posicionan como aliadas estratégicas del desarrollo intelectual y profesional de su comunidad universitaria. A través de la implementación de tecnologías innovadoras, la oferta de recursos especializados y la promoción de competencias investigativas, contribuyen de manera significativa al avance del conocimiento en el campo de la defensa nacional y a la consolidación de la UNDEF como una institución académica de referencia en el ámbito de la defensa en nuestro país.

 

Especificaciones técnicas del Sistema Koha

Koha es un sistema integrado de gestión de bibliotecas, el primero de código fuente abierto, liberado bajo la GNU General Public License. Koha fue creado en 1999 por Katipo Communications para la Horowhenua Library Trust en Nueva Zelanda. La primera instalación se logró en enero del 2000. Koha proviene del maorí, y quiere decir ‘obsequio’ o ‘donación’.

El término “Koha2, de origen maorí, se traduce como “obsequio” o “donación”, lo que simboliza su carácter abierto y accesible para la comunidad bibliotecaria global. Esta denominación destaca su naturaleza como software de código abierto, cuyo propósito es fomentar la cooperación entre instituciones y facilitar la adopción de tecnologías avanzadas sin las barreras económicas típicas de las soluciones comerciales.

Koha es reconocido por su arquitectura robusta y flexible, diseñada para satisfacer las necesidades de bibliotecas de diversos tamaños y complejidades. Basado en una arquitectura cliente-servidor, Koha utiliza una base de datos SQL, comúnmente MySQL, y opera en un servidor web Apache, con un núcleo programado en Perl.

Esta configuración técnica no solo permite una alta escalabilidad y personalización, sino que también garantiza un rendimiento confiable y eficiente, adecuado para un entorno universitario dinámico. Una de las características más destacadas de Koha es su interfaz web intuitiva, accesible tanto para los bibliotecarios como para los usuarios. La personalización de la interfaz permite que las bibliotecas adapten el sistema a sus necesidades específicas, optimizando así la experiencia del usuario y facilitando el acceso a los recursos.

Al mismo tiempo, Koha soporta una variedad de funciones clave como la gestión de adquisiciones, catalogación, circulación, control de publicaciones periódicas y gestión de usuarios.  Además de disponer de todos esos módulos interconectados entre sí permite la trazabilidad de cada proceso y las funciones necesarias para la gestión y servicios adecuados a la biblioteca

 

Proceso de Implementación en el Sistema de Bibliotecas UNDEF

El proceso de implementación de Koha en el Sistema de Bibliotecas Undef fue un esfuerzo cuidadosamente planificado y ejecutado para garantizar una transición desde los distintos sistemas y o bases de datos de las bibliotecas adherentes. Inicialmente, se realizó una evaluación exhaustiva de las necesidades del sistema bibliotecario, que incluyó consultas con el personal bibliotecario y los usuarios, así como un análisis comparativo de varios sistemas integrados de gestión bibliotecaria. Koha fue seleccionado debido a su flexibilidad, su modelo de código abierto que elimina los costos de licencia, y su fuerte respaldo comunitario que asegura un desarrollo continuo y un soporte robusto. Además, la gratuidad del sistema Koha representa una ventaja característica, ya que permite a la institución evitar la dependencia de soluciones propietarias costosas y restrictivas. Al optar por Koha, el Sistema de Bibliotecas UNDEF se libera de las limitaciones impuestas por los sistemas comerciales, ganando autonomía en la personalización y gestión de su plataforma bibliotecaria

La fase de migración de datos fue particularmente crítica, ya que implicaba la transferencia de una gran cantidad de registros bibliográficos, datos de usuarios y registros de circulación al nuevo sistema. Para llevar a cabo esta migración sin pérdida de datos ni interrupciones significativas en el servicio, se emplearon herramientas de migración especializadas y scripts personalizados. El proceso incluyó múltiples etapas de validación para garantizar la integridad y la precisión de los datos migrados. Una vez completadas las migraciones, el siguiente paso fue la configuración del sistema Koha para alinearse con las políticas y procedimientos del Sistema de Bibliotecas UNDEF. Este proceso no solo implicó ajustes técnicos, sino también la adaptación del sistema a las necesidades específicas de cada biblioteca, como la configuración de los parámetros de circulación y la personalización del Catálogo Público de Acceso en Línea (OPAC) para mejorar la experiencia de todos los usuarios.

La formación del personal fue un componente esencial del proceso de implementación. Se elaboró un programa de capacitación exhaustivo, que abarcó desde los aspectos fundamentales del funcionamiento del sistema hasta la resolución avanzada de problemas y la gestión integral de Koha. Este enfoque sistemático garantizó que el personal bibliotecario adquiriera una competencia completa en el uso del sistema, capacitando a los usuarios no solo para operar eficazmente la plataforma, sino también para gestionar su administración y resolver con eficacia cualquier desafío técnico que pudiera surgir.

Finalmente, antes del lanzamiento oficial, se realizaron pruebas exhaustivas para identificar posibles problemas técnicos o de usabilidad. Estas pruebas incluyeron tanto pruebas de carga, para evaluar el rendimiento del sistema bajo diferentes condiciones de uso, como pruebas de usuario para asegurar una experiencia fluida e intuitiva. Tras un lanzamiento escalonado y la resolución de algunos problemas menores iniciales, Koha se estableció como el sistema de gestión bibliotecaria del Sistema de Bibliotecas UNDEF, con un equipo de soporte dedicado para proporcionar asistencia técnica continua tanto para la parte tecnológica, como bibliotecaria e institucional.

 

Ventajas

La implementación de Koha ha traído numerosas ventajas no solo para los usuarios, sino también para los miembros del sistema bibliotecario, mejorando tanto la eficiencia operativa como la calidad del trabajo del personal. Al permitir un alto grado de automatización en procesos cotidianos, Koha ha reducido significativamente la carga de trabajo manual. Por ejemplo, las funcionalidades automatizadas como las alertas de vencimiento de préstamos y la renovación automática de materiales han minimizado la necesidad de intervención manual, permitiendo al personal enfocarse en tareas más estratégicas, como el desarrollo de colecciones y la atención personalizada a los usuarios.

Además, Koha ofrece herramientas avanzadas de generación de reportes y análisis de datos, proporcionando a los bibliotecarios y administradores información en tiempo real sobre el uso de la biblioteca, las tendencias de préstamos y las estadísticas de usuarios. Esta capacidad de análisis permite una toma de decisiones más informada y estratégica, facilitando la gestión eficiente de los recursos y servicios de la biblioteca.

Desde una perspectiva de desarrollo profesional, la implementación de Koha también ha representado una oportunidad para que el personal adquiera nuevas habilidades en tecnología de la información y gestión bibliotecaria. La capacitación continua y el aprendizaje sobre el sistema han enriquecido el perfil profesional del personal, preparándolos mejor para afrontar los desafíos del entorno bibliotecario contemporáneo.

Para los usuarios Koha ha mejorado significativamente la accesibilidad y la usabilidad, gracias a su interfaz intuitiva y su OPAC accesible desde cualquier dispositivo con conexión a internet, los usuarios pueden acceder fácilmente a los recursos de la biblioteca, realizar búsquedas avanzadas y gestionar sus propias cuentas, lo que incluye renovar préstamos y reservar materiales. Esta autonomía y flexibilidad han mejorado notablemente la experiencia del usuario, fomentando un uso más frecuente y efectivo de los recursos de la biblioteca.

Además, la integración de recursos electrónicos, dentro del sistema Koha ha ampliado el acceso a materiales de investigación y aprendizaje, apoyando así los objetivos académicos de los estudiantes y la comunidad académica.  Esta capacidad de integrar recursos digitales también facilita el descubrimiento de materiales relevantes, mejorando la eficiencia de la investigación y el aprendizaje en un entorno académico.

 Conclusión

Hasta el momento, el Sistema de Bibliotecas UNDEF ha logrado integrar exitosamente a 21 bibliotecas en el sistema Koha, desde su creación en el año 2022, demostrando su capacidad para unificar y optimizar la gestión bibliotecaria en un entorno universitario diverso.

Esta implementación ha facilitado una administración más eficiente de los recursos y ha mejorado el acceso a la información para estudiantes, profesores e investigadores. Se espera que, a medida que más bibliotecas se sumen al uso de Koha, la repercusión positiva del sistema se amplíe aún más, consolidándolo como una solución integral que no solo moderniza las operaciones bibliotecarias, sino que también promueva la colaboración y el intercambio de conocimientos entre las diferentes unidades académicas.

Con su enfoque flexible y de código abierto, Koha se presenta como una herramienta ideal para afrontar los desafíos diarios y continuar impulsando la innovación en la gestión de bibliotecas universitarias. Las ventajas obtenidas destacan la capacidad de Koha para adaptarse a las necesidades cambiantes de bibliotecas dinámicas y su potencial para seguir evolucionando en apoyo a la misión académica y científica de la Universidad de la Defensa Nacional.

La experiencia del Sistema de Bibliotecas UNDEF y Koha subraya la importancia de una planificación meticulosa y un enfoque centrado en el usuario para la implementación exitosa de sistemas tecnológicos en el ámbito bibliotecario.

 Bibliografía

Aguirre Carrión, L.; Vera Estrada V.: Mendoza Loor J.; Beltrán Salas W.; Mantuano Casual, M. (2022). Análisis del uso de un Sistema Integrado de Gestión Bibliotecaria: implementación del sistema Koha para administración de bibliotecas https://revista.gnerando.org/revista/index.php/RCMG/article/view/37/36

Arriola Navarrete, Ó., Tecuatl Quechol, G., & González Herrera, G. (2010). Evaluación del SIGB Koha: Ventajas, desventajas y requerimientos. http://rev-ib.unam.mx/ib/index.php/ib/article/view/27480/25468

Fernández Alfaro, L., Márquez Pérez, A.: Chamorro Rodríguez, R. (2018). Implementación de Koha en la Biblioteca de la Universidad de Cádiz. El Profesional de La Información, 27(4), 928–936. https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2018.jul.21/40594

Flores. A. (2007) Una aproximación a la sociedad de la información y del conocimiento. Revista Mexicana de Orientación Educativa. https://pepsic.bvsalud.org/pdf/remo/v5n11/v5n11a04.pdf

Fushimi, M. (2023). Proyecto SIGB-Koha para Bibliotecas UNLP. Informe 2023 y propuesta para 2024 (etapa 3)    https://bibliotecas.unlp.edu.ar/wp-content/uploads/2024/02/ProyectoSIGB-Koha-InformeEtapa2yPropuestaEtapa3.pdf

Manzano-Garcí­a, Marí­a-Isabel (2015). Adaptación de KOHA a una biblioteca universitaria. Planeta biblioteca, https://universoabierto.org/2016/01/11/adpatacion-de-koha-a-una-biblioteca-universitaria-planeta-biblioteca-20150204/.

Rodriguez Herrera, A; García-Herrera D.; Luis Bolívar, G; Erazo-Álvarez, J. Koha como Sistema Integrado de Gestión Bibliotecaria en la Educación Superior https://fundacionkoinonia.com.ve/ojs/index.php/revistakoinonia/article/view/1043/pdf

[1] Responsable de la biblioteca de la Escuela de Ciencias del Mar (UNDEF), coordinadora de la biblioteca de la Facultad de Defensa Nacional (UNDEF).

Un puente hacia la propia voz

Martín Bertone[1]

 

 

Introducción

 

Durante todo 2017, tuve el gusto de coordinar un taller de escritura creativa abierto a la comunidad, propuesto por la Secretaría de Extensión del Rectorado de la UNDEF. La materia prima es un texto original y la herramienta principal con la que se trabaja es la palabra. Por economía verbal o imprecisión, muchos cursos de este tipo se llaman talleres literarios; otros, talleres de escritura. En el primer caso, se cae en una ambigüedad; en el segundo, se brinda información incompleta. El nombre del curso debe ser claro, para que quienes asisten sepan con qué se van a encontrar.

Creo que la mejor manera de aprender a escribir es en un taller, rodeado de participantes con inquietudes similares, donde el docente funcione como un orientador y aproveche los saberes preexistentes. De esa manera, la dinámica que se genera en el curso permite aumentar la eficacia de lo aprendido. La idea no es dar una única respuesta a los problemas planteados, sino socializar las dudas y permitir aportes de los demás participantes para, en el mejor de los casos, alcanzar una solución o mejora colectiva.

Considero que los alumnos deben tener en claro que las correcciones, sugerencias y lecturas complementarias que propongo tras leer o escuchar uno de sus textos vienen de un lugar, de una experiencia de lectura y de escritura (que es tan válida como cualquier otra) y que no son caprichosas. A pesar de mis preferencias –que no oculto–, mi función como docente no es llevar a los alumnos hacia un estilo que sea de mi agrado, sino orientarlos en el camino hacia su propia voz.

 

  • Objetivos

 

El camino hacia la propia voz, como cualquier aprendizaje, es un proceso que varía según la persona. En ese proceso, tienen mucho que ver los conocimientos previos, las expectativas y el compromiso con la dinámica del taller. El grupo estuvo constituido por gente de diferentes procedencias y edades, lo que redundó en un intercambio provechoso por la diversidad de enfoques: dos periodistas, una camarógrafa y editora de video, una estudiante de Trabajo social, una estudiante de Traductorado Público de Inglés, una cineasta, un fotógrafo fugaz, una licenciada en Marketing, una profesora de Latín y Literatura, una estudiante de Letras, un veterinario, una licenciada en Publicidad, una delegada sindical. Varios de ellos son docentes (en todos los niveles) y los periodistas –una mujer y un hombre­– conducen cada uno su programa de radio. Previsiblemente, este abanico de formaciones planteó diferentes expectativas respecto del taller.

 

“Poder escribir es un desafío personal, siempre tuve más relación con la lectura que con la escritura” (Aldana, 25 años[1]).

“El día a día provoca, desde hace demasiado tiempo, que relegue la escritura por placer en beneficio de la lectura” (Flavia, 41 años).

 

En ambos casos, la escritura es relegada por la lectura a un segundo plano. No es casualidad: si bien leer implica un esfuerzo de atención del lector, que varía según la complejidad del texto, la iluminación o el cansancio, el esfuerzo al escribir suele ser mayor. En un texto ajeno, la historia –por llamarla de alguna manera– ya está ahí, mientras que el texto propio, salvo casos de reutilizaciones literales, debe ser producido. De todas formas, la lectura es la contracara inevitable de la escritura: cuanto más leamos, mejor vamos a escribir.

 

“Las traducciones jurídicas suelen ser rígidas y estructuradas, y me interesó asistir al taller para practicar escritura y salir un poco de esa rigidez a la que estoy acostumbrada. Además, escribir en español me sirve para practicar el idioma y cuestiones de estilo y puntuación, que también sirven para mi futura vida profesional [como traductora pública]” (Mariela, 37 años).

 

En este caso, se plantea la cuestión de la rigidez de los textos técnico-jurídicos o formales, así como otra que está íntimamente ligada a ellos: su traducción. Debido a sus consecuencias administrativas y jurídicas, una traducción pública debe producir un texto con términos precisos, aunque no para obtener el mot juste al que aspiraba Flaubert[2], sino para cumplir su función principal: la fiabilidad. En España, los traductores públicos se llaman traductores jurados, en Francia assermentés y en los países anglosajones sworn: se trata de profesionales sujetos a pautas estrictas de desempeño profesional y que se comprometen con la precisión y fidelidad respecto del texto de origen. En este sentido, la traducción pública es lo opuesto a la traducción literaria: el margen para la creatividad es mínimo. Si se la permitiesen, y ello trajese consecuencias negativas para terceros, podría acarrear sanciones disciplinarias[3]. En cambio, sus colegas literarios pueden moverse con libertad. The catcher in the rye, de J.D. Salinger, cuenta con dos traducciones ya clásicas: una española (El guardián entre el centeno) y otra argentina, hecha por Borges (El cazador oculto)[4]. La idea de precisión subsiste, pero está vinculada a preferencias estéticas y, por ende, al gusto de quien reescribe.

El comentario anterior menciona también el estilo y la puntuación. El estilo es la voz, y cada voz es única. Las voces pueden imitarse, como ocurre con los estilos. Ese procedimiento se llama pastiche y, a menos que se utilice con fines humorísticos, no es ni más ni menos que un plagio y creo que no debe alentarse. La meta del taller es que cada participante consiga expresar lo que tiene en mente de la forma más clara posible y con sus propias palabras. La cuestión de la puntuación tiene dos aristas: la correcta y la “de autor”. Considero que debe dominarse el uso correcto (puntos, comas, comillas, guiones, signos de exclamación o de pregunta, etc.) antes de intentar formas menos ortodoxas. Para utilizar comas seguidas de mayúsculas en diálogos[5], prescindir de mayúsculas al comenzar las oraciones[6] o jugarle una  pulseada al corrector de una editorial[7] y salir airoso, hay que ser Saramago, Bukowski o Cortázar.

 

“Llevo 25 años de docencia secundaria y hace muchos años que no escribo. Para mí, la posibilidad de acercarme al taller es siempre enriquecedora porque me permite pensar en la tarea de escribir, darme cuenta de lo difícil que resulta ser entendido o comunicar con claridad y, desde el grupo, me ayuda a saber de qué manera se puede colaborar para mejorar el trabajo propio y de los otros” (Rita, 49 años).

 

La claridad es una meta que nunca debemos perder de vista. En principio –siempre hay excepciones– hablamos o escribimos para ser entendidos. Eso no significa que nuestro objetivo se cumpla automáticamente. La comprensión depende tanto del emisor como del receptor. Quien toma la iniciativa de comunicar es responsable de la inteligibilidad de su mensaje. Cuando Ernest Hemingway era un joven periodista del Kansas City Star, tenía bajo el vidrio de su escritorio un papelito que su jefe de redacción les había puesto a todos los que trabajaban allí: Escriba con frases cortas y concisas. No se haga el artista[8]. Este consejo puede parecernos chocante, pero es muy efectivo. Adoptar una pose de “artista” o de “intelectual” no sólo dificulta el entendimiento, sino que puede generar aburrimiento, fastidio e incluso ser un pasaje de ida al reino de la ridiculez. Hay escritores cuya prosa fue irremediablemente barroca, como la de Alejo Carpentier, pero no hay duda de que sus estilos fueron auténticos.

 

“En esta etapa de mi vida, sentí que debía reactivar mi lado creativo y la escritura es algo me gusta hacer desde que estaba en el colegio. Por mis distintas disciplinas, el hecho de escribir siempre estuvo latente. Solía escribir guiones en la facultad, pero, más allá del formato, notaba que mis ideas para crear una historia tenían demasiada descripción. Y es por eso que sentí la necesidad de entrar en un taller como éste, para poder seguir desarrollando un estilo propio” (Agustina, 35 años).

 

Esta reflexión inicial apunta a la creatividad y a la extensión de los textos producidos. Más allá del formato o, si se quiere, del género, la forma de abordar una historia abre muchas posibilidades. Borges relató un mundo en poco más de 5000 palabras[9], mientras que Tolkien lo hizo en 3 libros (el último de ellos de 3 tomos)[10]; Umberto Eco dedicó varias páginas a describir una biblioteca medieval en El nombre de la rosa, mientras que Kafka pudo pintarnos el mundo absurdamente cruel de Ante la ley en una página y media. No hay consenso sobre cuál de ellos es mejor, y es bueno que así sea: sus estilos difieren tanto uno de otro que ese debate es un ejercicio estéril. Por suerte, podemos enriquecernos leyendo a todos ellos.

 

“Cuando me enteré de que en la UNDEF se haría un taller de escritura, me alegré mucho y rápidamente me inscribí. Lo cierto es que hacía tiempo que no formaba parte de un grupo y tenía la necesidad de superar mis bloqueos a la hora de escribir, y eso que lo hice desde muy pequeño y luego como profesional” (Facundo, 29 años).

 

El bloqueo es el principal desafío que encuentra quien se enfrenta a una página en blanco o, como dijo alguna vez Abelardo Castillo, a un cursor titilando. Esta sequía de palabras puede tener diferentes razones: excesivo perfeccionismo, miedo a no ser original, “vértigo” ante la primera frase, temor a hacer el ridículo, mala administración del tiempo que se vuelve parálisis. Pero también puede tener otras causas:

Si bien estoy enamorada de la carrera que elegí [Letras], ese bagaje de conocimientos y teorías inserto en mi cabeza puede funcionar como un bloqueo a la hora de sentarme a escribir. Es el patovica que en la puerta de los boliches dice quién entra y quién no. El problema no es la página en blanco o el miedo al gusto ajeno… El problema es la presión, la falta de juego, la ausencia de la libertad que la dimensión lúdica en un proceso creativo tiene. Es casi emocional (Andrea, 28 años).

Aquí se alude a la falta de libertad y de juego, dos características fundamentales que un taller de estas características debe tener para que funcione. Suelo repetir una premisa en la que creo fervientemente: esta experiencia tiene que ser algo grato, no una carga.

 

  • Metodología

 

Hay muchos decálogos y consejos para escribir, como el ya canónico de Horacio Quiroga[11] o las Mínimas de Abelardo Castillo[12]. Si fuera tan sencillo, bastaría con darles a los alumnos las sugerencias de los maestros, fácilmente conseguibles en Internet, y esperar los resultados una semana más tarde. Como afirmó Umberto Eco, “Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones”[13].

Creo que es sirve más analizar la explicación de un escritor sobre los mecanismos de escritura de sus textos, como la de Cortázar y su Continuidad de los parques[14], la de Borges y su El otro duelo[15] o el desglose que hizo Edgar Allan Poe de su poema The raven[16]. En el caso de los consejos, se trata de advertencias que preparan el terreno antes de empezar a redactar; los análisis de textos versan sobre hechos consumados, desde un lugar de superioridad.

La forma de poner en marcha la creatividad es dándole a los talleristas disparadores de escritura. Deben ser propuestas lo suficientemente amplias –y, por qué no, ambiguas– como para no frenar los impulsos de los participantes. Si bien, en la gran mayoría de los casos, los alumnos eligieron expresarse en prosa, nunca se fijaron limitaciones de género, ya que la propia voz no sólo aparece en el estilo. Tampoco se establecieron límites a la extensión de los textos. El sentido común y el mismo grupo funcionaron como autorregulación del tiempo de lectura de cada uno.

La primera clase, les explicité las dos directrices que, a mi entender, resumen lo que espero de un texto: 1) sean claros y 2) cuéntenme una historia. Como ejercicio introductorio, para trabajar la claridad, les leí el brevísimo capítulo 68 de Rayuela, de Cortázar. Este párrafo tiene la particularidad de estar escrito en glíglico, un idioma inventado por él, que no impide la comprensión:

 

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

 

Pasada la sorpresa inicial del grupo, les pedí que “tradujeran” el capítulo al castellano. Previsiblemente, cada participante produjo una versión diferente, entre las que predominaron las interpretaciones sexuales. A título de ejemplo, transcribo la versión de Mariela:

 

Apenas él le acariciaba el cuerpo, a ella se le detenía el corazón y caían en abrazos, en salvajes besos, en suspiros exasperantes. Cada vez que el procuraba acariciarle las mejillas, se enredaba en su gemido quejumbroso y tenía que contenerse de cara a su cuerpo, sintiendo como poco a poco  las mariposas volaban, se iban despertando, revoloteando, hasta quedar tendido como las rosas del edén al que se le han dejado caer unos pétalos de pana. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se acomodaba el cabello, consintiendo en que el aproximara suavemente sus labios. Apenas se encontraban, algo como un temporal los acechaba, los mojaba y sacudía, de pronto era el ciclón, la estridente música de las aguas, la fortísima sensación del viento, los destellos del relámpago en una oscura mañana. ¡Amor! ¡Amor! Suspendidos en la cresta del encuentro, se sentían convulsionar, sedientos y extenuados. Temblaba el firmamento, se vencían las almas, y todo se resumía en un profundo suspiro, en dobleces de finas gasas, en caricias casi crueles que los dominaban hasta el límite de las entrañas.

 

En esta primera actividad, se condensaron las dos directrices y el aspecto lúdico del taller. Además, sirvió como diagnóstico de la soltura de cada tallerista para desentrañar el sentido oculto o, mejor aún, para darle (¿devolverle?) sentido a un texto ya escrito. Ya estaban listos para producir un texto.

 

  1. El espacio áulico

 

Las clases comenzaron a dictarse en un aula de la Facultad de Defensa Nacional (FADENA), que comparte edificio con el Rectorado de la Universidad. Como la acústica no era buena, nos mudamos a la sala de lectura de la biblioteca de la FADENA, que nos proporcionó un ambiente más silencioso, rodeado de libros. El hecho de estar sentados alrededor de una mesa (en realidad, dos mesas que juntamos), nos permitió una mayor comodidad y favoreció la dinámica del grupo –ahora, todos se escuchaban con claridad–, lo que derivó rápidamente en una mayor interacción que enriqueció a todos.

Poco antes de la mudanza, tuve que presentar un libro de otra unidad académica en la Feria del Libro de Buenos Aires. Le propuse al grupo que viniera a la presentación y darles la clase allí, justo después. La idea fue bien recibida, así que el encuentro se desarrolló en el bar del stand de La Nación, muy cercano al de las editoriales universitarias. En esa ocasión, la clase se planteó como una clase abierta, es decir que se aprovechó el espacio abierto y la circulación de personas para invitarlas a participar.

Fue así que se sumaron tres personas que pasaban por allí. No sólo se les permitió escuchar, sino que se los alentó a dar su opinión, aunque no hubieran escrito nada. Uno de ellos, Julián, se sumó al grupo del taller dos semanas más tarde, y nos acompañó casi hasta fin de año.

 

 

 

 

Encuentro semanal en

la biblioteca de FADENA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Clase abierta en la 43a

Feria Internacional

del Libro de Buenos Aires

 

 

 

 

 

 

 

 

  1. Las consignas semanales

 

Siempre se trató de excusas para escribir. Por esa razón, se les planteó desde el principio que eran optativas: si no se les ocurría nada vinculado con la consigna, se los alentó a traer cualquier texto que les saliera, incluso a reflotar textos viejos. A su vez, las propuestas eran lo suficientemente abarcativas como para permitir su libre interpretación y no detener a aquellos con un impulso de escritura incipiente. A título de ejemplo, algunas de ellas: los primeros síntomas, un cuento de fantasmas, soy leyenda, ellos y nosotros, fin de fiesta.

En ciertos casos, la idea era sacar a los talleristas de su zona de confort –la autorreferencia–, como ocurrió con la consigna “Probé carne de minion”. Este disparador planteó varios desafíos según los perfiles: Agustina (35 años) es vegetariana, Flavia (41 años) es periodista y tenía una tendencia a escribir sobre cosas que (le) sucedieron y  Julián (60 años) no sabía qué era un minion. Como era de esperar, los resultados fueron variados. Un texto que rescato por su originalidad es el de Andrea (28 años), a quien le bastó media página para presentar un cuento redondo e incómodo: la confesión, en primera persona, de un pedófilo recién llegado a la cárcel.

Otro objetivo fue demostrar que cualquier tema es bueno para escribir. Por ese motivo, le propuse una vez al grupo la consigna “Tema: la vaca”, frase hecha que forma parte de nuestra cultura popular. Superado el escepticismo reflejo, aceptaron el juego. Volvieron a la semana siguiente con textos que mostraron diferentes enfoques: la espiritualidad en la India (tono serio), el monólogo interior de una vaca que ignora que está en el matadero (tono humorístico), la venganza colectiva de un grupo de presos, cuya “vaca” fue robada por otro, que escapó de la cárcel (uso de la polisemia).

 

  1. Corrección y puesta en común

 

Cada tallerista leyó su texto en voz alta frente a sus compañeros. Para poder corregir la ortografía, sintaxis y puntuación de los relatos en tiempo real, les pedí que trajeran una copia para mí. La segunda etapa fue la puesta en común de los errores o ripio del texto y someterlos a la opinión de los demás. Mi función fue entonces moderar los aportes del grupo, porque el objetivo era aprovechar las diferentes opiniones, “medir” el texto ante un público reducido e involucrado y potenciar, con el intercambio, su eficacia narrativa. Con mi orientación, los participantes evaluaron formas de comunicar mediante la detección de ciertos elementos rectores:

¿HAY UNA HISTORIA? (ANÉCDOTA),

¿SE ENTIENDE LO QUE X ESTÁ CONTANDO? (CLARIDAD),

¿SOBRAN PALABRAS EN ESTA FRASE/PÁRRAFO? (ECONOMÍA VERBAL).

 

También se reflexionó sobre el remate de los textos o los títulos elegidos, y se sugirieron alternativas cuando la lógica interna del relato las necesitaba. Salvo los errores evidentes de ortografía, sintaxis y puntuación, las discrepancias en las devoluciones fueron siempre bienvenidas. Cada voz es única y no debe discutirse, porque creo que no hay una mejor que otra, sino diferentes capacidades expresivas. Por esa razón, todo cambio —se aclaró desde el principio— fue siempre una sugerencia, que podía ser aceptada o no por los autores.  En muchas ocasiones, los relatos presentados se relacionaban con otros de escritores consagrados o se favoreció un análisis más profundo mediante la lectura de textos teóricos complementarios. Las dos horas de cada encuentro solían ser insuficientes para abordar todo el material que podía generar cada lectura grupal. Este fue el uno de los motivos por el que se creó un grupo cerrado del taller en Facebook.

 

  1. La modalidad virtual

 

El grupo cerrado permitió completar las ideas propuestas en cada clase. Por ejemplo, en el segundo encuentro, uno de los participantes manifestó que solía escribir poesía, pero que asistía al taller para ver si podía empezar a escribir prosa. Enseguida, una compañera suya preguntó cuál era la diferencia entre ambos géneros. Inmediatamente, pensé en “Verso y prosa”, capítulo de El arco y la lira, un ensayo de Octavio Paz que explora el fenómeno poético. Al día siguiente, subí el texto al grupo, para que estuviera a disposición de todos.  También subí notas periodísticas sobre autores o lanzamientos de libros, videos con entrevistas a escritores y memes vinculados a la literatura. En una ocasión, después de reflexionar sobre la necesidad de corrección de los textos, les recomendé la película Pasión por las letras (Genius, 2016), con Colin Firth y Jude Law, que había visto en Netflix. La película narra la turbulenta –y productiva– relación entre el escritor Thomas Wolfe y Max Perkins, su editor. Subí al grupo el trailer de la película y el debate iniciado en clase siguió en los comentarios a mi posteo. Con los días, el intercambio no se limitó a responder a material que yo subía, sino que los talleristas empezaron a compartir sus lecturas, textos que les parecían interesantes o sus dudas respecto de las consignas. Ese fue el caso de Gisela (36 años):

 

Hola a todos.

Aprovechando que tengo que escribir, y que ya estoy en la instancia «Ansiedades de una hoja en blanco y 400 borradores tachados», abro la nueva sección,

#TipsDeViernesLiterarios

Les planteo mi situación actual:

«Tengo que escribir mientras sumerjo la mirada en un rincón lleno de pelos acumulados de mi gato.
También suelo escuchar el mínimo crujir del placard -creo que le falta WD-40, me dije a mi misma- y sigo sin hilvanar tres palabras.
No se me ocurre nada,
Atte.
¡Soy un desastre!»

Llamo a las preguntas:

  1. ¿Escuchan música cuando escriben? ¿Qué tipo? ¿Les ayuda?
  2. ¡Por Dior…! (en alusión a la creadora de la frase)
    ¿Alguna técnica para mejorar la concentración?

 

La otra función del grupo cerrado de Facebook fue darles a los ausentes la consigna o permitirles subir su texto al grupo si no podían asistir a la clase siguiente. Yo corregía sus producciones y las volvía a postear para que el grupo lo pudiera ver, remedando el acto de escucha colectivo. Este espacio fue útil para Bianca (29 años), que se mudó a Bariloche cuando promediaba el segundo módulo. De esta manera, ella pudo seguir conectada con el grupo y compartir algunos de sus textos, hasta que decidió no seguir. La modalidad también fue de utilidad para Facundo (30 años), que tuvo problemas de horarios durante algunas semanas. El grupo de Facebook lo ayudó a seguir en contacto con sus compañeros y a mandar sus textos, hasta que pudo retomar la cursada.

 

  1. Los resultados

 

A continuación, resumiremos algunos de los cambios positivos en el grupo, agrupándolos según los elementos más relevantes en cada evolución.

Aldana (25 años) empezó escribiendo textos breves que vacilaban entre el ensayo y el cuento, y que presentaban algunas ambigüedades en la estructura narrativa o en ciertas oraciones. En pocas clases, sus cuentos empezaron a mostrar giros inesperados en el final. Aldana descubrió y explotó con éxito la revelación, que pronto se volvió su marca.

Agustina, (35 años) tenía problemas para hacernos entrar en la historia que estaba contando. A veces, le llevaba media página introducir una situación que se podría haber presentado en una frase. Esto llevó incluso a que tuviera que interrumpir la lectura de  uno de sus textos para ceder la palabra al siguiente tallerista. Con las clases, fue acortando los preámbulos, lo que le dio mayor impacto a sus cuentos. Ella emprendió un camino en busca de la brevedad. Bianca (29 años) tenía el problema opuesto: sus textos eran demasiado cortos.  Como vi que se le hacía imposible ampliarlos, le propuse que se concentrara en hacer de sus microtextos verdaderos mecanismos de relojería. Para ella, la dificultad se trasladó a la estructura y al valor de cada palabra. Hasta que se despidió del grupo, sus experimentos con la brevedad habían dado buenos resultados.

Los primeros textos de Flavia (41 años) eran muy hablados: abundaban los diálogos y escaseaban las descripciones. Clase a clase, sus cuentos fueron encontrando el equilibrio entre ambos, lo que produjo narraciones más atractivas.

A Mariela (37 años) le costaba expresar ciertas cuestiones sin pudor, quizás por miedo a que pensáramos que ella era o pensaba así. A medida que se fue sintiendo cómoda y que vio que la ficción permite expresar cosas que no necesariamente sentimos o sostenemos, comenzó a florecer. En su camino a la libertad, llegó incluso a contar una relación adúltera (y ninguno de nosotros creyó que fuera una confesión).

La participación en las clases le permitió a Facundo (30 años) retomar un viejo proyecto suyo: escribir una novela. Desde su regreso al taller, sus textos fueron capítulos del libro que situó en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Él se enfocó en la continuidad. Poco después, Flavia hizo lo mismo, y comenzó a traer capítulos de una novela postergada durante años, protagonizada por Bárbara –su alter ego–, cuyos capítulos hacía coincidir con las consignas.

 

  • Conclusión

 

Es indudable que se registró una evolución en todos los participantes. Ese avance estuvo íntimamente ligado a su permeabilidad respecto de las observaciones del docente y a las de otros integrantes del grupo, así como a la voluntad de los talleristas de volcar las correcciones en sus textos para presentar una segunda versión de ellos.

Como resumió lúcidamente Marcelo Di Marco, la escritura tiene dos fases: volcánica y quirúrgica. La primera es el producto de un transvasamiento de la mente sin o con poco filtro: una catarsis. La segunda etapa implica volver al texto y corregirlo. En esa revisión, seguramente va a haber que acortar, limar, extender o desplazar palabras, frases o párrafos enteros. Luego de ese proceso aparece lo que llamamos literatura. A veces, los talleristas venían a clase con un texto que no había pasado de la fase volcánica. Se los alentaba a leerlo a pesar de ello y, en la mayoría de los casos, el autor encontró soluciones para el ripio, la imprecisión o los baches, por sí solo o acompañado por el grupo.

En sus Mínimas, Abelardo Castillo sostuvo que “Nadie escribió nunca un libro. Sólo se escriben borradores. Un gran escritor es el que escribe el borrador más hermoso”[17]. Borges dijo alguna vez que publicaba sus textos para dejar de corregirlos. Cuando le preguntaron a Ricardo Piglia[18] cuáles eran las cualidades más importantes en un escritor, Piglia fue categórico: “[ser] el mejor artesano, esto es, aquel que conoce mejor que nadie la técnica: en este nivel un escritor nunca será suficientemente consciente”.

 

[1] Director general de política editorial (Universidad de la Defensa Nacional). Director de UNDEF Libros desde su creación, en 2017.

 

Bibliografía

 

Borges, J. L. (2014). El aprendizaje del escritor, Buenos Aires: Sudamericana.

Calvino, I. (1994). Seis propuestas para el próximo milenio. Madrid: Siruela.

Castillo, A. (2000). Ser escritor. Buenos Aires: Seix Barral.

Cortázar, J. (2013). Clases de literatura. Berkeley 1980. Buenos Aires: Alfaguara.

Flaubert, G. (1998). Correspondance, edición de Bernard Masson, Colección Folio classique (n° 3126). París : Gallimard.

Di Marco, M. (1997). Taller de corte y corrección. Buenos Aires: Sudamericana.

Poe, E. A. (1846). Filosofía de la composición. Filadelfia: Graham’s Magazine, abril de 1846.

Quiroga, H. (1993). Los “trucs” del perfecto cuentista y otros escritos. Buenos Aires: Alianza.

Sáenz, D. (2004). Cómo ser escritor. Buenos Aires: Longseller.

[1] La edad de los participantes es la que tenían en 2017.

[2] En Correspondance.

[3] Ley 20.305, que reglamenta el ejercicio de la profesión, artículos 20 y ss. http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/190000-194999/194196/norma.htm (consultado el 19/9/2024).

[4] https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-traductor-traicionado-nid331352/ (consultado el 19/9/2024).

[5] Recurso utilizado por José Saramago en Ensayo sobre la ceguera, entre otras novelas.

[6] Recurso utilizado por Charles Bukowski en Escritos de un viejo indecente (1994). Barcelona: Anagrama.

[7] Cortázar explica su forma de poner comas, que responde a un fraseo vinculado al jazz, en Cortázar de la A a la Z. Un álbum biográfico (2014). Buenos Ares: Alfaguara.

[8] Citado por Marcelo Di Marco en Taller de corte y corrección.

[9] Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, publicado por primera vez en la revista Sur (número 68, mayo de 1940), luego en El jardín de los senderos que se bifurcan (1941) y finalmente en Ficciones. Buenos Aires: Sudamericana (1944).

[10] El Silmarillion (1977), El Hobbit (1937) y El señor de los anillos (1954-1955): (La comunidad del anillo, Las dos torres y El retorno del rey).

[11] En Los “trucs” del perfecto cuentista y otros escritos.

[12] En Ser escritor.

[13] http://www.lanacion.com.ar/910427-de-que-sirve-el-profesor (consultado el 13/12/2017).

[14] En Clases de literatura. Berkeley, 1980.

[15] En El aprendizaje del escritor.

[16] Su célebre Método de composición, en http://ciudadseva.com/texto/metodo-de-composicion/ (consultado el 7/11/2017),

[17] En Ser escritor.

[18] Historia de la Literatura Argentina (1982). Volumen 6. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.

Investigadores de la UNDEF presentan desarrollos tecnológicos en el Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa 2024

Investigadores de la UNDEF presentan desarrollos tecnológicos en el Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa 202

En el marco del Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa (CTID 2024), investigadores de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) participarán con diversas presentaciones que destacan la innovación aplicada a la defensa nacional. El evento, organizado por el Ministerio de Defensa en colaboración con la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, se llevará a cabo los días 2 y 3 de octubre en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El objetivo del congreso es generar un espacio de intercambio para la difusión de los avances científicos, tecnológicos y de innovación que contribuyen a la defensa nacional y tienen un uso dual en áreas como la inteligencia artificial, la simulación para entrenamiento y la transición energética. En este sentido, se busca fortalecer la colaboración entre organismos científicos y tecnológicos del ámbito de la defensa, universidades y centros de estudio públicos y privados.

Participación de la UNDEF

La Facultad de Ingeniería del Ejército y la Facultad de la Armada serán parte de las presentaciones académicas que pondrán en evidencia el rol central de la innovación tecnológica en las Fuerzas Armadas argentinas. Entre los trabajos que serán expuestos, destacan los siguientes:

  • Desarrollo de una consola de operaciones vertical para barcos del Comando de la Flota de Mar, un prototipo clave que refuerza las capacidades operativas navales.
  • Estudio de Dinámica de Sistemas de Artillería y Montaje de un Sistema de Artillería sobre un camión, proyectos enfocados en la mejora de los sistemas de artillería terrestre.
  • Interferometría de Radar de Apertura Sintética para la monitorización de centros urbanos e infraestructuras críticas, un avance significativo en el uso de tecnología espacial para la defensa.
  • Tecnología Blockchain y Contratos Inteligentes aplicados a la Ciberdefensa, explorando el potencial de la criptografía en la protección de infraestructuras críticas.

Además de los paneles académicos, habrá una exhibición paralela de pósters científicos, entre los que se incluyen otros proyectos de investigación de la UNDEF, con un enfoque en la prospectiva tecnológica, la ciberdefensa y las energías dirigidas.

El contexto del CTID 2024

El Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Defensa se proyecta como una plataforma de referencia regional para el análisis y la discusión sobre el desarrollo de tecnologías vinculadas a la defensa. Este año, además de los representantes de la UNDEF, el evento contará con la participación de autoridades del Ministerio de Defensa, investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), directores de institutos y organismos científicos-tecnológicos de la jurisdicción defensa, así como invitados internacionales y representantes de empresas del sector.

La entrada al evento es libre y gratuita, previa inscripción, y está dirigido a investigadores, docentes, estudiantes, autoridades y al público en general. Los asistentes podrán conocer de primera mano los avances tecnológicos que se están implementando en la defensa y seguridad del país.

Para más información sobre el programa completo y los proyectos que serán presentados, se puede acceder al sitio oficial del CTID 2024: https://www.ctid2024.com/